lunes, 30 de mayo de 2011

LA MÚSICA El medio ideal para estimular el desarrollo integral del niño

El bebé responde de manera natural a la música, ya sea balanceando su cuerpo, golpeando una pala de madera en un recipiente o simplemente sonriendo cuando la abuela le canta su canción favorita. Estas respuestas nos permiten asomarnos a las increíbles oportunidades de aprendizaje que la música ofrece.

¡La música pone a los niños en movimiento!

Los beneficios físicos de la música son quizá los más obvios. Participar en juegos de canto y movimiento, así como hacer sonar instrumentos sencillos de percusión, forman experiencias especiales que favorecen el desarrollo de habilidades motrices gruesas y finas, así como la coordinación en general. Incluso antes de que los niños puedan realizar estas actividades por sí mismos, los papás por instinto les cantan, bailan y juegan con la música. Estas actividades ofrecen estimulación importante que favorece el desarrollo de la fuerza en la cabeza, el cuello, el control del torso, equilibrio y la conciencia corporal.

El aspecto social y emocional de la música

Para los niños pequeños, la música se vive como parte habitual del tiempo de juego y

de las rutinas diarias que sus padres realizan con él. Estos ambientes musicales favorecen la interacción social y el desarrollo del vínculo afectivo con esas personas.

Para los bebés que aún no hablan, la música representa una forma de comunicación que trasciende al lenguaje hablado. Puede sentir el calor y la seguridad de los brazos de su mamá, ver amor en sus ojos y sentirse tranquilo cuando lo arrulla o mece mientras le canta una canción de cuna. En este sentido, la música refuerza la experiencia del vínculo entre padre e hijo y contribuye al desarrollo de la confianza, esencial para el desarrollo emocional.

Música y Memoria

El impacto de la música sobre el desarrollo cognitivo apunta en áreas como el desarrollo del lenguaje y de la memoria. Desde pequeños, anticipan la palabra o el sonido que se repite en una canción.

Algunas ideas

  • Mientras lo abrazas y lo meces, platícale lo mucho que lo quieres o lo que hicieron durante el día, pero ponle música a tus palabras, agregando una música de fondo.
  • Cántale una canción de cuna antes de dormir; quizás la canción que a ti te cantaron cuando eras pequeño y así compartes una tradición que pasa de generación en generación.
  • Escribe una canción de cuna para tu hijo. Toma la melodía de una canción que te guste e invéntale la letra. No te olvides de incluir su nombre pues les gusta mucho escucharlo y además, la hace especial y suya.
  • A los niños les encanta ver los papás moverse con la música. Cuando le cantes, actúa las canciones moviendo las manos, el cuerpo y haciendo gestos. Observa cómo aprende, ¿te imita? ¿está esperando con atención tu siguiente gesto o sonido?
  • Comparte canciones que tengan un cierto movimiento o sonido que se repite, invítalo a hacerlo contigo.
  • Baila con tu hijo siguiendo diferentes ritmos. Bailen de parejas y jueguen. Por ejemplo, papá baila con el niño y mamá con un muñeco. Diviértanse un poco más y cambien las parejas, los ritmos o los movimientos.
  • Los niños disfrutan mucho con las rondas como “La rueda de San Miguel”, especialmente si hay más personas en casa. Cuando estén los abuelos o los primos, invítalos a compartir.


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